martes, 14 de octubre de 2008

abrio los ojos

Entre la pesadumbre de párpados pesados y la oscuridad se fue de a poco haciéndose consiente la evocación de deseo que la había despertado.
Liz se dio cuenta que estaba tendida y desnuda en una cama de sabanas suaves y muy cerca de su tacto estaba el cuerpo tibio y sereno que la acompaña.
Tendida sobre su vientre, disfrutando del nacimiento y recorrido de esas sensaciones que ponen los nervios a flor de piel y las flores se vuelven mas luminosas.
La espalda y las nalgas sensibles a los toques de las sabanas y al peso de lo que la cubre... la carga de antigüidad se profundiza más allá de lo contenido.
Su mente se engaña y ella también
Hace tanto tiempo que no...
Colocándose de lado, Liz libra una contradicción vital. Satisfacer su deseo o dejar las cosas en ese estado de quietud aparente.
La temperatura del exterior y la soledad son itimidantes, pero no para ella que sentía todo concentrado en la región de su pelvis
después con cigarrillo en la boca suspira larga y pausadamente
Cabalazas que delicia es orinar
Agua en movimiento

1 comentario:

Anónimo dijo...

JAJAJAJAJA CABALAZAS!!! ME CACHASTE!!!! JAJAJAJAJA

Besitos mil ocho mil